martes, 19 de noviembre de 2013

Cárdenas / David Shields

Periódico Reforma
19 de noviembre de 2013

Ninguna figura en la historia moderna de México ha sido tan venerada como el General Lázaro Cárdenas del Río. Probablemente, ninguna figura en la política actual de México es tan respetada y admirada como el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Al parecer, nadie (o casi nadie) cuestiona la gesta y el sentido nacionalista de la Expropiación Petrolera, a pesar de que forma parte del discurso ideológico y mítico sobre la Revolución Mexicana, que sí es cuestionada por muchos historiadores, sobre todo por la turbulenta estela de violencia y muerte que dejó en el País.

No pretendo emitir aquí un juicio sobre esos hitos históricos, sino hacer una brevísima reflexión sobre el contexto cardenista y la actualidad de Petróleos Mexicanos (Pemex), institución que tanto el Presidente Enrique Peña Nieto y su Gobierno como el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas y su partido, el PRD, pretenden reformar, con propuestas diferentes.

En el corazón del Centro Administrativo de Pemex en la Ciudad de México hay un busto gigantesco del Gral. Lázaro Cárdenas. Entrando a la Torre de Pemex hay otra estatua del Gral. Cárdenas. Cada año, en el 18 de Marzo, los gobiernos en turno ensalzan la Expropiación y al Gral. Cárdenas como los referentes de la industria petrolera nacional.

Y sin embargo, el legado cardenista, monopólico y nacionalista, ha sido casi imposible de conciliar -aunque lo intenten- con las realidades de globalización, apertura, competencia e impulso tecnológico que han recorrido el mundo. Por desgracia, el discurso de la soberanía o de la defensa del petróleo no resuelve retos que son del ámbito de la ingeniería o de las decisiones empresariales.

Al proponer su Reforma Energética, el Presidente Enrique Peña Nieto la envolvió burdamente en una retórica cardenista, con el agravio de que ni siquiera consultó con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas. Esa propuesta nos regresa a la redacción del Artículo 27 constitucional del año 1938, que no es, ni tendría por qué ser, la más idónea para enfrentar los retos de la industria petrolera en el siglo 21. Mientras tanto, en Pemex el petróleo fácil se está agotando en forma aceleradísima, no hay innovación tecnológica propia, refinación y petroquímica generan grandes pérdidas, y la burocracia, la normatividad, el feudo sindical y el pasivo laboral son factores de creciente inviabilidad del organismo.

En mi opinión, ni Enrique Peña ni Cuauhtémoc Cárdenas han querido enfrentar la gravedad de la situación de Pemex. El Ing. Cuauhtémoc ofrece una propuesta que casi nos mantiene en el statu quo y parece incapaz de entender la extrema urgencia de poner al día a Pemex y cambiar radicalmente sus esquemas de operación para enfrentar nuevos retos como el shale gas y aguas profundas. Hay poca conciencia política de que esa industria está en riesgo de colapsarse.

Ni Enrique Peña y su gobierno ni Cuauhtémoc Cárdenas y el PRD han diagnosticado correctamente la realidad de Pemex, como una institución que está a punto de ir al despeñadero, muy probablemente en este mismo sexenio, por el agotamiento del petróleo convencional, por la obsolescencia de sus plantas industriales y por la probable caída de la renta petrolera. En esta discusión, el cardenismo es una losa pesada que no nos permite integrarnos a los esquemas de operación de una industria global, de los cuales podría depender la supervivencia de Pemex.

En cualquier otro país, contemplar a un hombre que falleció hace 43 años -por visionario que haya sido- como referente del futuro de una industria clave, hoy intensiva en tecnología de punta, sería una aberración. No hemos entendido en México que las soluciones del siglo pasado no son las de este siglo. Por lo mismo, toda la discusión de la Reforma Energética, tanto por el Gobierno como por el Ing. Cárdenas, tiene tintes de tragedia nacional. Todo indica que si México quiere un debate serio y profundo sobre la Reforma Energética y salvar a su industria petrolera, el primer requisito será sacudirnos la sombra del cardenismo.


David Shields es analista de la industria energética.
Su e-mail: davshields@hotmail.com
  

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