13 de febrero de 2013
"Vamos a cambiar a todos por todos los dimes y diretes, por las descalificaciones que se hacen contra el presidente del instituto".
Julio César Moreno Rivera
Un grupo de diputados y senadores quiere dar un golpe al IFAI y destituir a todos los comisionados aunque esto viole la ley. La idea es poner a otros que les sean agradecidos y leales. Buscan repetir lo que se hizo en 2007 con el IFE.
El senador verde Pablo Escudero, yerno del coordinador de los diputados priistas, Manlio Fabio Beltrones, y el perredista Julio César Moreno Rivera han encabezado este esfuerzo en la Cámara alta. El pretexto es la crítica que Ángel José Trinidad Zaldívar, comisionado derrotado en la contienda por la presidencia del IFAI en enero, lanzó a Gerardo Laveaga, quien ganó la votación.
La reacción de Trinidad Zaldívar fue inusitada. En una reunión pública arremetió: "Me sorprende que mis colegas hayan dado su voto a alguien que en cada reunión privada tildan de perezoso... [que] ha dicho que esto de resolver tantos recursos no es lo suyo... [que] tiene un rezago de 291 asuntos, a diferencia de todos los demás que rondamos en promedio los 63".
El berrinche del comisionado ante su derrota explica en parte por qué sus colegas, que lo conocen bien, no votaron por él para presidente. Un hombre con esta desesperación por el poder difícilmente habría sido un buen jefe del IFAI. Por otra parte, Trinidad al parecer amenazó a Sigrid Arzt, otra de las comisionadas, con tomar medidas en su contra si no votaba por él.
Mi posición es que si alguno de los comisionados ha cometido algún ilícito que amerite su juicio político entonces deberá procederse en su contra en lo individual. Lo que no es aceptable es el intento por descabezar a la institución. Esta medida sólo revela el intento de quienes la promueven de poner a sus propios personeros en el IFAI.
Los comisionados no son perfectos, por supuesto. Si se trata de sacar trapitos al sol, sin duda les encontraremos muchos. Pero lo mismo ocurrirá si les buscamos defectos a diputados o senadores y no por eso deberíamos destituir a todos los legisladores. Despedir no a un comisionado que haya cometido alguna falta sino a todos simplemente por ser comisionados es un atentado contra la inamovilidad que la ley les otorga para que no sean simples empleados del Ejecutivo o del Legislativo.
Es verdad que la mayoría de los actuales comisionados, todos los cuales fueron designados por el ex presidente Felipe Calderón y aceptados por el Congreso, no tenían experiencia previa en derecho a la información. Sólo María Elena Pérez-Jaén, quien fue comisionada de información en el Distrito Federal y se enfrentó a un intento fallido del gobierno capitalino por destituirla, tenía esa experiencia previa.
El IFAI, sin embargo, ha estado cumpliendo adecuadamente con su función. Los comisionados revisan unos 150 casos a la semana. Con frecuencia han sufrido presiones de entidades gubernamentales que se resisten a la entrega de información, pero las han enfrentado con valentía y buenos argumentos jurídicos. Quizá la institución sea excesivamente burocrática, pero así la creó el Congreso. Por lo pronto la designación del ex comisionado Juan Pablo Guerrero como secretario general, la cual fue aprobada por unanimidad en el pleno, ha sido en general bien recibida.
La Cámara de Diputados está considerando una iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto para reformar el IFAI que tiene muchas virtudes y quizá algunos defectos. El número de comisionados se ampliará de cinco a siete. Lo importante ahora, sin embargo, es no convertir esta propuesta en una simple excusa para destituir a los comisionados.
VIOLACIONES PREVIAS
Un alto funcionario del gobierno de Guerrero ha confirmado que sí hubo violaciones a mujeres en la parte oriental de Acapulco antes del caso de las españolas del 4 de febrero. De hecho, algunos de los detenidos son sospechosos de haber participado en los ataques que se llevaron a cabo en noviembre de 2012.
Twitter: @sergiosarmient4
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