lunes, 18 de abril de 2011

'No hay prisa'


Periodico Reforma
Germán Martínez Cázares
18 Abr. 11




"No hay prisa" para aprobar la reforma laboral, declaró el diputado Tereso Medina, presidente de la Comisión de Trabajo. El PRI se echó para atrás. No se cumplió. Me imagino que a don Tereso no le sirvió la conferencia que escuchó en Luxemburgo, en el año 2005. "Unity Beyond Differences" se tituló, y la presume en su curriculum vitae. Los viajes ilustran, claro; pero a don Tereso no. Nada de unidad. Nada de acuerdo. Nada de ley, nada de su iniciativa. Nada de nada.

No hay prisa para el PRI. Aunque en el propio PRI haya dicho apenas en marzo, al presentar su reforma laboral: "nos resulta preocupante el nivel de desocupación".

¿No hay prisa para 21.9 millones de personas afectadas por alguna forma de desocupación? ¿No hay prisa para 1 millón 144 mil 329 personas desempleadas por discriminación laboral? ¿No hay prisa para poner remedio a los 3.5 millones de niños explotados? Mejor sobrevolar como buitre sobre esa carroña electoral, a resolverle ese problema al país.

El cinismo ganó la partida. El proyecto del PRI reconoce la falta de "un nuevo concepto del empleo", "productividad que demanda la economía", "generar confianza en la inversión productiva privada e internacional", "posibilidad de facilitar el acceso al mercado laboral", pero no hay prisa.

No hay prisa para modernizar nuestra ley laboral, sencillamente porque el nuevo PRI es una mascarada. El gobernador Peña Nieto y sus diputados caminan como una figura joven y fresca; pero de la mano de actitudes viejas y, francamente, retrógradas. ¿Exagero? ¿Ya olvidamos el juego de entusiasta matraquero de Martín Esparza, exlíder de los electricistas, en el último informe del gobernador mexiquense? ¿Ésa es la cara de la nueva cultura laboral ofertada por Peña Nieto?

El PRI se subordinó al reclamo de López Obrador en materia laboral. ¿Le pagó por romper la alianza electoral mexiquense PAN-PRD? El PRI desfiló a su lado. Bailaron al son que tocó el secretario del Trabajo de Luis Echeverría, diputado y conductor en la televisión mexiquense, Porfirio Muñoz Ledo. El PRI claudicó. Traicionó su tarea legislativa porque reconocieron coincidencias ("Unity Beyond Differences", para entendernos con don Tereso). Estaban listos avances sustanciales: características mínimas de un trabajo digno, regular la subcontratación, contratos a prueba, límites a salarios vencidos, castigo al hostigamiento laboral, incorporación del concepto productividad, voto secreto y libre en huelga, prohibición del trabajo de menores y al despido a mujeres embarazadas.

No hay prisa. Tendremos que esperar. El PRI dice que sí, pero no cuándo. Su modernidad sólo es un look para la televisión. Se aferra nostálgico a su "paz laboral" construida sobre esa pantomima nacionalista de tutelar a trabajadores con "conquistas sociales", que en realidad son control corporativo político. Entreabrir una puerta a la libertad laboral, someter a mayores exigencias a los sindicatos, supone, para ellos, darle la espalda a su voto clientelar, aunque se posponga la competitividad y desarrollo de todos los mexicanos.

No hay prisa, pues. ¿Entonces? A don Tereso Medina le debemos dar otra oportunidad de ver el mundo. Una sugerencia: mandarlo, ya no a Luxemburgo; ahora, a La Habana, Cuba; a revisar los resultados del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, de apenas este fin de semana. El gobierno cubano sí tiene algo de prisa y discutió medidas orientadas a limitar al Estado, estimular la iniciativa privada, promover la inversión extranjera, permitir compraventa de casas, créditos bancarios, eliminar subsidios estatales, y remover a miles de trabajadores al servicio del Estado, autorizándolos a trabajar como empresarios por "cuenta propia".

El PRI no tiene, en materia energética, el arrojo modernizador de Cuba. ¿Se quedarán también atrás del gobierno castrista en materia laboral?

En caso de que don Tereso no sepa ir a Cuba, le puede preguntar a su paisano y jefe, Humberto Moreira. Le encanta ir. Dime con quién andas y te diré qué reformas quieres.

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